martes, 21 de julio de 2009

Vestidos de domingo

Foto: Vestido de domingo, eMi


Allá por el s. IV, Constantino cambió el día de descanso obligatorio, que los judíos disfrutaban el sábado, al domingo. Quedó prohibido trabajar ese día y, desde entonces, se convirtió en una jornada dedicada a cultivar la religiosidad.

Cuando yo era pequeña, las madres nos solían vestir con nuestras mejores galas para ir a misa de domingo. Después, al salir de la Iglesia, quienes vivían en una localidad mediana o pequeña, paseaban por la calle Mayor o alguna otra calle principal, con el fin de ver y, sobre todo, dejarse ver. En Madrid, en cambio, los domingos soleados, eran los propicios para tomar el vermut con los vecinos, mientras que nosotros,  la chiquillería, pese a las aseguradas reprimendas, ensuciábamos nuestros primorosos vestidos.

Hoy, los días de guardar siguen siendo sagrados, pero por diferente motivo. Son los únicos días en los que desconecto el despertador y lo último que deseo es tenerme que poner "ropa de domingo". Adoro quedarme en casa sin hacer nada de provecho o bien salir a no hacer nada... de provecho.

Aquellos días de domingo, de agua de colonia, zapatos de charol y cintas en el pelo, pertenecen a un pasado, que, más que pasado, es ya otra vida.

6 comentarios:

  1. Cuántas vidas en esta vida,
    no, Emi?
    Qué sucesión de personajes.

    Y los que nos quedan por vivir...

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  2. Que bonita foto y que bellas evocaciones de mañanas de domingo, oliendo a colonia, peinaditos y con la ropa " de los domingos"...

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  3. Por cierto, Dean Martin fabuloso. Sigues pescando cosas en el barril de nuestros pasados comunes.

    Un abrazo

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  4. Parece mentira lo que da de sí la vida, Marié.

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  5. Como escocian las orejas y como dolían los deditos de los pies cuando te cortaban las uñas, sobre todo mi tía, nos dejaba el muñoncito y luego mete los pies en los zapatitos de domingo y ¡vaya como dolian los dichosos deditos! pero íbamos tan guapas las tres vestiditas iguales, que cantidad de tiempo ha pasado.

    Me gusta mucha la fotografia, cada dia lo haces mejor y esos vestiditos me encantan.

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